Los métodos expuestos en la segunda parte del libro (Mariposa En La Red) combina la psicología, el comportamiento neurocognitivo y la computación para exponer los mecanismos del vórtice del simulacrum, o lo que mucha gente llama ansiedad.
Todo sería mucho más fácil si fuéramos conscientes de cómo reacciona nuestra mente ante datos potencialmente corruptores, y de cómo eso puede manipularnos en un interminable infierno de espejos. Si uno es consciente de cómo funciona la mente, entonces ya no puede controlar cada uno de tus movimientos en secreto, porque sabes exactamente por qué, cómo y cuándo van a ocurrir esas señales y desencadenantes. Por lo tanto, aprendes a disociarte de ella, en lugar de alimentar su engranaje que propulsó el estado en el que te encuentras.
Muchas instituciones malignas etiquetan y marcan ahora la ansiedad con "TOC". ¿Qué ocurre si hacemos esto? Estamos haciendo girar las soluciones previstas en torno al mismo problema. Esto es lo que suele hacer el vórtice. Da vueltas y vueltas, hasta que gira tan rápido que ya nada puede actuar fuera de sí mismo. Se pierde el acceso al verdadero problema, al núcleo corruptor.
Por supuesto, la razón detrás de esta ignorancia y ceguera está impulsada económicamente por las mismas instituciones que monopolizan el acceso a una mejor salud.
Debido a que vivimos dentro de un modelo computacional, un simulacro puramente matemático y numérico, los códigos de la matriz informativa se almacenan en un cálculo muy específico: el lenguaje de scripting.
Nuestra mente-CPU Funciona exactamente como un programa. Cuando exponemos el lenguaje de programación que se utiliza para almacenar, ejecutar y estructurar datos, podemos utilizar este programa a nuestro favor y no (como sucede constantemente) al revés.
Ansiedad, depresión, inquietud... Son un subproducto de la vórtice en el que funciona este simulacro, donde los datos se reescriben como verticilos que fluyen hacia abajo sobre el mismo eje para seguir multiplicando las mismas funciones según infinitas operaciones matemáticas.
Lamentablemente, la gente todavía no comprende la diferencia entre la mente informática y la esencia central de nuestro ser.
Dado que las personas confunden la carne con el espíritu, o porque no tienen la más mínima comprensión de qué es el espíritu (y cómo existe más allá de los mecanismos de la mente), caen en un proceso inconsciente creado por la mente misma.
Una vez más, me veo obligado a enfatizar que las estructuras gubernamentales ocultas detrás de la farmacia, las prácticas médicas (psicología, psiquiatría...), etc., promueven voluntariamente el enfoque en tratar la carne para curar la carne.
Son los ciegos guiando a los ciegos. Es imposible encontrar los problemas de la mente en los mismos mecanismos que la empujaron colectivamente al Caos en el que nos encontramos ahora.
Como sabemos ahora, la clave para desenredar los peligros de la mente está dentro de la mente misma. El acceso a la mente, sin embargo, lo otorga un poder superior externo a ella: nuestro espíritu. El mismo espíritu que poseen los niños antes de absorber cada miedo, sombra y oscuridad que todo este engranaje frenético, imprudente y mortal implantó en su interior.
Como escribí en La Telaraña:
"La pureza de un niño es la mayor pesadilla de la máquina."
El ganado del sistema sigue obedeciendo y contorsionando sus cuerpos a un mecanismo que estira la raíz de cada oposición a la luz que siempre ha existido aquí, en lo que llamamos Tierra, el lugar entre el Cielo y el Infierno.
En última instancia, es lo que elijas hacer lo que te guiará en una u otra dirección.